En Shanghái está casi terminado el segundo edificio más alto del mundo
Se trata de la Torre de Shanghái que cuenta con 632 metros y 128 pisos y gracias a esa altura se convertirá en el segundo edificio más alto del mundo por detrás del Burj Khalifa de Dubai, sin embargo, su “subcampeonato” durará hasta que se terminen las obras de la Kingdom Tower en La Meca que con sus 1.007 metros de altura superará a ambas construcciones.
Su construcción se ha dilatado más de seis años y según las últimas informaciones, las obras están terminadas al 95%, de hecho desde hace ya varias semanas se puede contemplar en la ciudad las luces de esta construcción.
Se trata de una torre vertical de cristal y acero recubierta por otra fachada exterior de cristal que tiene una forma retorcida sobre sí misma y se articula entorno a unas plataformas de planta más anchas que el resto de pisos que se van sucediendo cada 15 alturas.
En palabras de su arquitecto jefe y responsable del diseño Marshall Strabala: “Queríamos hacer la súper-torre de gran altura más ecológica y eficiente del mundo, así que todos los elementos del edificio cumplen como mínimo dos o tres funciones a la vez”.
Por ejemplo la forma retorcida del exterior de la torre pretende reducir las cargas del viento hasta en un 28%, lo que ha supuesto un ahorro de 60 millones de dólares de estructura que no ha sido necesaria construir.
Este diseño permite además contar con una bolsa de aire, entre las dos fachadas, que funciona como un excelente aislante térmico natural, especialmente útil en una ciudad con la humedad y las temperaturas de entre cero y 40 grados que suele alcanzar Shanghái todos los inviernos y veranos.
La Torre será bautizada con dos nombres, “Shanghai Zhongxin” en mandarín (“Centro de Shanghái”) y “Shanghai Tower” en inglés, y junto con la torre Jin Mao (421 metros, 88 pisos) y el Centro Financiero Mundial de Shanghái (SWFC) (492 metros y 101 pisos) configurarán uno de los skylines más inconfundibles del mundo.