Protecciones colectivas: Justificar técnicamente el sistema escogido
Cualquier sistema de protección colectiva que se instale en una obra, tiene que estar configurado de forma que sea capaz de soportar con total garantía los esfuerzos a los que puede verse sometido en caso de accidente. En ocasiones no se tienen en cuenta elementos muy importantes como los materiales utilizados o el procedimiento de colocación de los sistemas de seguriad colectiva, así que en caso de que se produzca un accidente, no se puede justificar el porque se ha utilizado un sistema en lugar de otro. Por eso es tan importante realizar un estudio previo que nos permita justificar técnicamente el sistema escogido.
Esa jusfiticación técnica la podemos enfocar de diferentes forma:
- Justificar que el equipo cumple con una norma específica sobre el mismo, mediante:
- Certificación (voluntaria) del mismo por parte de una entidad certificadora ajena a la empresa fabricante y usuaria. Es la forma más fácil, sobre todo para aquellas empresas que disponen de menos medios y conocimientos. Con esa certificación, se garantiza que el sistema cumple con la norma correspondiente y por tanto el mismo es reconocido por la mayoría de actores del sector de la construcción. Es muy importante para que el certificado sea totalmente válido, que el sistema se monte siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Certificación (voluntaria) del mismo por parte de la propia empresa suministradora o usuaria. En este caso, para que se garantice la validez del certificado, habrá que realizar ensayos iniciales y periódicos para verificar que el equipo cumple con la normativa y por supuesto realizar correctamente todos los cálculos previos necesarios para determinar las condiciones mínimas de seguirdad. Con este certificado existen más dudas que con el explicado anteriormente a la hora de garantizar que el sistema cumple la norma, ya que no es aceptado por todos los agentes que intervienen en el sector (aunque sí generalmente aceptado).
- Justificar que el equipo está preparado para soportar todas las condiciones a las cuáles puede que esté sometido, mediante cálculos y ensayos. Lo primero es analizar cuales van a ser las condiciones que se estima que tendrá que soportar el sistema y en base a ellas determinar las premisas que serán punto de partida de los cálculos a relizar. En este caso es más complicado usar este sistema que basarnos en una norma ya existente, pero será la forma necesaria cuando hay una ausencia de norma. Para confirmar que los cálculos realizados son correctos, hay que realizar ensayos.
Aunque las normas no sean de obligado cumplimiento salvo que vengan recogidas por un texto legal que sí que lo sea, normalmente son el documento que mejor justifica técnicamente los requisitos necesarios para que un equipo soporte las solicitaciones para las ha sido fabricado. Así si estamos en la tesitura de escoger entre dos sistemas de protección similares pero uno está certificado y otro no, siempre utilizaremos este último (si es certificado por entidad ajena al fabricante, mucho mejor).
Si optamos por un producto no certificado, habrá que justificar técnicamente porque hemos escogido el mismo para soportar las condiciones y esfuerzos a los que va a estar sometido.
Si se decidiera utilizar un producto no certificado, se deberá justificar técnicamente la selección del mismo para soportar los esfuerzos a los que va a estar sometido el mismo.